
Hace unos meses me llegó una solicitud de amistad a mi Facebook personal. Yo no soy de esas personas que aceptan a todo el mundo, ya que tengo fotos familiares e información personal que no deseo mostrar a cualquiera (sólo acepto a la gente con la que tengo relación).
Así que, tras ver el perfil del chico que me solicitó amistad, comprobé que no teníamos ni un amigo en común y su cara no me sonaba de nada.
He de reconocer que soy un poco “Dory” (la de Nemo) y no tengo la mejor memoria del mundo, así que “le di una oportunidad”, por si acaso era yo que le conocía de algo (quizá algún evento de Marketing, pensé) y no me acordaba.
Chico que no sabe ligar nº1
Esta fue la conversación surrealista (te la escribo sin sus faltas de ortografía para ahorrarte las ganas de sacarte los ojos, por tu bien):
Continuar leyendo